Lo bueno
Sin duda, el elenco de la película es lo mejor, a pesar de los resultados. Cuando se juntan nombres como los de Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy, Nicholas Hoult, Judith Light y John Leguizamo -entre otros uno aspira a un producto de cierta calidad. Este no es precisamente el caso con El menú. Lo que hubiera podido ser un trabajo maravilloso de ensamble se pierde en dinámicas actorales muy individuales y desaprovechadas. Sin embargo, el trabajo que cada uno de los actores hace, es solvente dentro de su micro universo. Lo otro que hay que resaltar es el tema de la investigación del tema culinario. Desde la presentación de los platos hasta las expresiones que usa la crítica de cocina se adecúan perfectamente a la realidad de ese mundillo. La parte visual de la comida es muy buena y el humor negro con el que se aborda el tema, siempre lleno pretensión y superioridad, es lo que cualquiera que conozca ese universo pudiera esperar para disfrutarlo. El ostentoso teatro en torno a la cotidiana tarea de comer, se refleja muy bien en la cinta.
Lo malo
El menú está calificado como una película de terror y comedia negra, al menos en Wikipedia. Tras verla, no encuentro que realmente sea ninguna de las dos. En todo caso, es más un thriller que va construyendo una intriga de dudoso desenlace. Por otra parte, el abordaje del humor es muy somero, muy simple. Se pierden cantidad de oportunidades de burlarse de quienes se mueven con tantas ínfulas en este ambiente y que banalizan un arte que ha acompañado al hombre desde sus inicios: cocinar. A pesar de la diversidad representada entre los comensales, se cae un poco en el cliché fácil del estereotipo. Está muy lejos de hacer lo que tan brillantemente logró la película Velvet Buzzsaw (disponible en Netflix) con el ambiente de las artes plásticas. ¿La película da miedo? No. ¿Da risa? Tampoco. Entonces, para mí, ni es de terror ni es comedia. Eso sí, es innecesariamente gore en varias partes, sin que ello tenga una utilidad narrativa que se contraponga a la sublime presentación de los platos.
Lo feo
Personalmente, creo que lo peor que tiene El menú es su percepción de sí misma. La cinta es arrogante e innecesaria. Además, se inscribe dentro de este grupo de historias que coquetean con la idea de hacer crítica social y política, pero sin mojarse de lleno. Los personajes se ven constantemente en situaciones de las cuales pudiera salir, o al menos tratar de hacerlo, pero no lo hacen. Trabajan bajo una lógica que obligatoriamente responde a las necesidades de contar la historia, no a la voluntad del personaje. En algún momento, el chef -el villano de la historia- hasta se burla de eso, pero sin aprovecharlo como pudo. En este sentido, El menú se parece a El Hoyo o Un dios salvaje, en términos de que los personajes están en ambientes que les son absolutamente inhóspitos, pero sus acciones para cambiarlos parecen insuficientes a la luz de cualquier razonamiento. En El menú muchos cabos quedan sueltos, muchas historias inconclusas, muchas preguntas sin respuesta. La película apuesta a un realismo que la aleja de inmediato de cualquier intento de ser una metáfora que vaya más allá de lo que se ve. Sin que sea un spoiler, el chef tiene algo en contra de todos los comensales y busca vengarse de ellos, tal y como si se hubiera inspirado en el primer corto de Relatos salvajes y fuera Gabriel Pasternak, pero no al mando de un avión, sino luciendo un delantal. Los argentinos lo hicieron mejor.