Lo bueno, lo malo y lo feo de
Netflix, siempre a la vanguardia cuando se trata de abordar temas que otros servicios de streaming no tratan, estrenó recientemente la película polaca Fanfic. Se trata de una historia que nos acerca a la vida de una adolescente que descubre que es un hombre trans. La joven -que está a punto de graduarse de bachillerato- vive una vida “normal” tras la muerte de su madre, aunque no es particularmente sociable ni cercana a su padre. Se refugia en la escritura anónima de relatos de fan fiction para sobrellevar su situación. Todo cambia para ella cuando un chico nuevo ingresa a su clase y cambia, sin querer, todo su mundo. Es la adaptación de la novela homónima de Natalia Osinska.
Lo bueno
Fanfic tiene a su favor que pone sobre el tapete un tema actual como el de los adolescentes descubriendo su identidad de género. Más allá de que la gente pueda estar de acuerdo o no con el tema, es algo que sucede. Esta cinta lo plantea sin mayores dramas, quizás romantizando un poco la aceptación y la tolerancia en torno a estas situaciones, aun cuando hay una profesora en la historia que no facilita las cosas. Tener la posibilidad de ver una propuesta polaca contemporánea siempre se agradece, pues al menos a mí, me saca de un esquema tradicional geográfico e idiomático. En la cinta, la historia de ficción que desarrolla la protagonista sirve para narrar las cosas que pasan en su mente, y aunque es un excelente recurso (en especial porque es de escape, de evasión), no se usa tanto como pudiese. Las actuaciones resultan convincentes y el elenco parece de su edad, cosa para mí fundamental cuando se abordan historias de adolescentes.
Lo malo
Si bien Fanfic no es una mala película de esas que se quieren dejar de ver después de 10 minutos, sí la sentí muy dispersa y con un ritmo muy raro. Para mí, uno de los mayores problemas es la falta de desarrollo en el personaje del chico nuevo que entra a la escuela. Es poco lo que se sabe de su historia durante toda la cinta. Solo ya hacia el final es que se le da un poco de contexto al personaje y se redondean algunas de sus acciones. Y sin embargo, tampoco es que las cosas quedan realmente claras sobre él. La sinopsis de la película dice “dos estudiantes de secundaria establecen una intensa conexión mientras enfrentan algunos problemas personales”. La verdad es que la conexión no se siente tan intensa como rápida, y no se está al tanto de los problemas de él, como sí de los de ella. De manera muy gratuita una de las profesoras del colegio es la villana de la historia, sin que los alumnos hagan siquiera un intento para ponerle freno o denunciar sus abusos.
Lo feo
Yo entiendo perfectamente que en caso de identidad de género cada experiencia es única e incomparable, pero, aun así, la historia de Fanfic resulta un poco inverosímil. La protagonista se levanta un día y como si tuviera una epifanía, entiende que toda su amargura, mal comportamiento, adicción a pastillas e intentos de autolesión vienen de no haber asumido su verdadera identidad de género, cosa con la que nunca había tenido el menor problema, al menos en lo que se nos muestra a los espectadores. Lo más increíble es que la joven ha estado en terapia y eso nunca ha surgido, ni siquiera someramente. Ella lo descubre todo sola, casi de la noche a la mañana. Luego, porque la cosa ya está teniendo muy poco sentido, su padre hace un flashblack y le muestra un video donde de niña ya ella presentaba indicios de que las cosas serían así. El as bajo la manda que lo explica todo, que une a padre e hija y que mágicamente le da sentido a algo que hasta entonces ni siquiera era un problema. No conozco el libro de origen y no sé si presenta los mismos problemas, pero de ser así, la adaptación es la oportunidad para solucionarlos y pulir los bordes toscos de la historia.