Debo comenzar confesando que no estoy muy familiarizado con la programación de Apple Tv, así que encontrarme con la cinta animada Luck fue realmente una grata sorpresa. Trato de ver tantas películas animadas como me sea posible porque creo que es un gran termómetro para ver lo que está pasando en la industria del cine y el entretenimiento, lejos de los superhéroes y fenómenos globales. Lo sigo viendo como un espacio un poco más experimental y libre, y la verdad es que tras ver Luck, refuerzo mi visión del género. Luck aborda el tema de la suerte, o la falta de ella, de una manera muy particular. Nos hace darnos cuenta de cómo relativizamos las cosas y de que sólo el tiempo nos hace darnos cuenta de si a la larga las cosas resultaron para bien o no. No es necesariamente una historia infantil, aunque un niño la puede disfrutar sin problemas. Lleva consigo una reflexión bastante madura para que -como adultos- quizás nos quejemos menos y hagamos más.
Lo bueno
Yo quedé absolutamente impresionado con el nivel de investigación para poder desarrollar la historia de Luck. Todo gira en torno a una huérfana, que ya con 18 años, debe empezar su vida fuera del orfanato y combatir la mala suerte que la ha acompañado toda su vida. A eso se suman sus ganas de ayudar a una amiguita que necesita encontrar una familia adoptiva definitiva. Todo eso sucede en un marco en el que símbolos de buena suerte y mala suerte de todo el mundo se conjugan de manera magistral para crear un universo imaginario mágico, lleno de referencias increíbles y cuidadas hasta el más mínimo detalle. El humor es sin duda uno de los grandes protagonistas de la historia, así como la música, que es un complemento maravilloso y super adecuado al tema. El diseño de personajes es muy creativo, contemporáneo, inclusivo y orgánico. No hay miedo a caer en estereotipos y nadie parece ofenderse.
Lo malo
Siempre digo que en el cine las historias no tienen que ser reales, tienen que ser verosímiles. Y en este caso, aunque la trama coquetee de frente con la fantasía, no deja de aplicarse esta premisa. No se trata de que lo que pase en la pantalla pueda pasar en la vida real, sino de que tenga sentido. Que sea una película animada tampoco es una patente de corso para que se perdonen ciertas cosas. Ya deberíamos haber superado los tiempos en los que las leyes de la física podían ser violadas por el Correcaminos, pero no por el Coyote. Si algo es criticable en Luck es que muchos cabos quedan sueltos y algunas cosas no tienen sentido. Cuando se pone tanto empeño en crear un mundo completo, con personajes que tienen funciones específicas, con máquinas, procesos y plazos, hay que hacer un esfuerzo aún mayor para que todo quede bien planchado. Y en Luck a veces se siente que ese no es el caso. No es nada trascendente, pero sin duda, son esos detalles los que marcan la diferencia.
Lo feo
Cuando la película termina, se siente un poco lo mismo que cuando se ve El mago de Oz. Es decir, todo podía solucionarse de una manera más sencilla. Si bien eso puede ser una lección, también se siente como que no haberlo dicho era una mala excusa para poder contar una historia. Se siente como un poco de flojera en la redacción del guión que desde el principio hayan existido maneras de poner fin a los conflictos de forma práctica y rápida y se hayan desaprovechado. Básicamente, porque tampoco se presentan como malentendidos, problemas de comunicación u omisiones involuntarias, lo cual habría sido genial, pues muchas veces la vida es así. En todo caso, el daño no es terrible y quizás solo es un asunto de gusto personal.