Lo bueno, lo malo y lo feo de Top Gun Maverick
La nostalgia siempre vende, o al menos es lo que parece funcionar tan bien en el cine, en especial, cuando se trata de secuelas o productos relacionados con hitos que perviven en la memoria de la gente. Ahora, 36 años después del estreno de Top Gun, llega su segunda parte, con el apellido que honra a su protagonista: Maverick. Es raro encontrarse con continuaciones que lleguen con tanto tiempo de separación del estreno, pero sin duda, en este caso, seguramente la fanaticada lo agradece. No se trata de una cinta que vaya a revolucionar el cine o a entrar en los libros de historia, pero sin duda es un intento que logra con más que éxito rescatar el espíritu de su antecesora y presentar este género a una nueva generación.
Lo bueno
Creo que lo justo es reconocer que una de las mejores cosas de Top Gun Maverick es el guion, y no porque sea excelente, sino porque es coherente. Nos presenta una historia sencilla, pero que se amarra bastante bien a lo que conocemos y esperamos de los personajes. Es solvente en términos de desarrollo de personaje y nos lleva a climas de emoción válidos y justificados. Por fortuna, no se parece a Misión Imposible, aunque a veces se crea que pudiera serlo. Adicionalmente, Tom Cruise hace un gran papel reviviendo al Pete Mitchell que lo hizo famoso en su juventud y sorprende por su increíble condición física. Ver a Val Kilmer en la pantalla, a pesar de su condición de salud, es un lujo que suma mucho. El resto del elenco hace un trabajo sólido, en que además hay una inclusión orgánica y lógica de mujeres, personas de color y latinos. La fotografía y trabajo de cámara están muy bien y quizás por encima de lo que se pudiera esperar.
Lo malo
Siempre he pensado que escribir villanos es lo más difícil, porque darle motivaciones verosímiles a alguien para que haga el mal cuesta su trabajo. Y esa es quizás la pata de la que cojea la cinta. Los villanos reales de la historia nunca los vemos, son el enemigo militar, anónimo, pero en casa, los pilotos, y en especial Maverick, se enfrentan con dos sujetos que son gratuitamente malos. Apoyados en su rango y jerarquía, tienen el poder para ponerle las cosas difíciles al protagonista, pero sin motivos reales o que se sostengan en algo sólido. Creo que es algo que se hubiera podido mejorar, pero se hizo un poco como por salir del paso, porque la historia necesita a alguien le ponga freno al héroe.
Lo feo
Personalmente, cuando veo una producción que logra reunir a gran parte del elenco de la cinta original y falta alguien fundamental (y no porque haya muerto), siempre me da algo de tristeza. Y digo esto porque en Maverick no aparece la actriz Kelly McGillis. En la película Mitchell tiene un nuevo interés amoroso, que lo hace muy bien, y aunque se habla del pasado de esa relación no queda claro cómo fue que Charlotte “Charlie” Blackwood desapareció del mapa. Es como si nunca hubiera existido. Quien se esté estrenando con la secuela seguramente no la extrañará, pero quienes crecimos con esa complicada historia de amor, queremos saber cómo terminó. Tampoco siento que la cinta tenga una canción que se acerque a la magia que dejó Take My Breath Away, de Berlin (no en balde se llevó el Oscar a la Mejor canción original). Y eso, en esta película y para los fans, es algo imperdonable.