Esta cinta de 2020 es la película LGBT+ más taquillera de la historia de Taiwán. Narra la historia de amor frustrado entre Birdy y H-Han en el año 1987, fecha en la que se da el fin de la ley marcial en Taiwán, la cual imponía fuertes restricciones a las libertades y políticas de los ciudadanos de este país. El cineasta Patrick Liu, director de la cinta, se vale de la gran historia nacional para -en paralelo- contar esta trama del primer amor que lucha contra la homofobia y los convencionalismos sociales de su época. Está disponible en Netflix.
Lo bueno
Siempre creo que ver cine hecho fuera de la estructura de Hollywood es ganancia. Y este es un gran ejemplo. Llevo tu nombre grabado no presenta nada nuevo como tema, pero sin duda nos introduce a un mundo muy distinto al que nos rodea de este lado del planeta. Dinámicas políticas, sociales, familiares, educativas y hasta afectivas distintas a las nuestras son parte de lo que se puede ver en esta cinta. Narrativa y visualmente, la cinta no es nada del otro mundo, pero cumple el cometido de llevar al espectador en este viaje personal desde el origen y hasta un final suficientemente conclusivo.
Lo malo
Si bien no hay mucha novedad en esta propuesta, más allá de abordar un tema donde no es común hacerlo, Llevo tu nombre grabado ha podido trabajar mejor la manera de contar la historia e incluir más el punto de vista de los protagonistas, desde su adolescencia. La mirada narrativa parece estar anclada en la memoria del director, pero con una voz adulta y madura que nos distancia un poco del drama momentáneo que todos los hechos representan para los protagonistas en el momento en el cual ocurren. Hay un personaje en especial que creo que se desaprovecha mucho, un joven compañero de escuela de los protagonistas, que es acosado por ser gay, y que ha podido aportar mucho más a la historia con su propia historia.
Lo feo
Considero que hay cierta unidimensionalidad de la situación de la sexualidad de los personajes principales que se reduce a su enamoramiento mutuo en un contexto muy hostil. Es poco lo que se explora en el ámbito personal más allá del tema “pareja”, como asumir la propia sexualidad, las inseguridades derivadas de la imagen en medio de la adolescencia y el miedo a la aceptación social, por ejemplo. Cuando las hay, son también un cliché. Pareciera que a las historias personales les hubiera faltado un poco de desarrollo. Se entiende que es difícil ahondar en detalles, más aún cuando en paralelo también se habla de la historia nacional, pero ese es precisamente el reto para el director, poder enmarcar una trama individual en un contexto macro e ir contacto y retroalimentando ambas historias a la vez.