Cuando veo tv, la verdad es que poco me importa cómo se supone que se ha segmentado el programa y a quién va dirigido. Si me interesa, lo veo, en especial, para entender un poco lo que ven otras generaciones. Por eso, cuando vi que Netflix ofrecía algo llamado Agencia Lockwood, no lo pensé dos veces y dediqué gran parte de mi domingo a ver la primera, y hasta ahora única temporada, de esta serie adolescente de misterio, acción, aventuras y un poco de romance. Es una producción inglesa que nos sitúa en un mundo postapocalíptico, en donde un fenómeno no muy bien explicado, desató la infestación del mundo espíritus malvados. La sociedad se organizó y aprovechó el talento de niños y adolescentes para combatir y poner a raya este mal. En medio de este entorno, una jovencita con grandes poderes se involucra con una pequeña agencia para, juntos, resolver misterios y encontrarse como familia. Se trata de la adaptación de una serie de libros escritos por Jonathan Stroud.
Lo bueno
Para comenzar, Agencia Lockwood tiene una buena premisa, una combinación de géneros interesante que -si uno no se hace muchas preguntas y no trata de buscarle mayor lógica- puede ser muy entretenida. Basta imaginarse una fusión entre Los cazafantasmas, Scooby Doo, Ghost Whisperer y Sherlock Holmes. La historia transcurre en Londres, con todo lo que esa nueva geografía implica y aporta. Las actuaciones están lo suficientemente sólidas para llevar la trama e invitar al espectador a meterse en la historia. Los 8 capítulos de esta temporada tienen relación entre sí, pero también un cierre por episodio, lo que hace que las ganas de hacer un maratón crezcan cada vez que se termina de ver uno de ellos. La serie, por su naturaleza, necesita de efectos especiales, y por suerte, los que aparecen en cada episodio son lo suficientemente solventes como para no defraudar. No son los mejores, pero están por encima del promedio.
Lo malo
Quizás al ser una serie adolescente, la idea es centrar todo el interés de la historia en los protagonistas, quienes pertenecen a ese grupo. Sin embargo, no me encantó la manera en la que son retratados los adultos en la serie. Bien sea la madre de la protagonista, su jefe, los clientes de la agencia o sus enemigos, todos son malos. Los adultos como colectivo son nefastos. Según la historia, no hay ningún adulto que los ayude, se preocupe por ellos o los considere de alguna manera positiva, todos quieren perjudicarlos. Y de nuevo, entiendo perfectamente a quién va dirigido el producto, pero una cosa tan tajante como poner el adulto de enemigo, no ayuda. No hay muchas pistas de cómo y de qué realmente subsisten los integrantes de la Agencia Lockwood, es un mundo donde no hay teléfonos celulares y la tecnología no es un punto que se exhiba mucho. Sencillamente viven, pelean contra fantasmas y tienen algunos de los problemas que todo adolescente tiene.
Lo feo
El ambiente de suspenso que requiere la historia para tener lugar, lo entiendo perfectamente, pero lo que creo que se les fue un poco de las manos es la falta de iluminación. La serie es extremadamente oscura, especialmente cuando están en algún trabajo de campo en el cual deben enfrentar a alguno de estos espíritus malignos. Traté de calibrar mi televisor pensando que posiblemente era yo, pero no. Eso hace que se pierdan cosas importantes. Muchas cosas son inverosímiles, pero de nuevo, hay que estar dispuesto a hacer algunas concesiones o no hay manera de medianamente disfrutar de esta serie.