Me sorprendió encontrarme esta película en la plataforma Star+. Había escuchado buenas críticas sobre ella y me lancé a verla con la mayor curiosidad. The Banshees of Inisherin, nombre original en inglés, no es un film realmente comercial y recuerda un poco a cintas de los años 90 que buscan en la simpleza la oportunidad de contar historias. La cinta, protagonizada por Colin Farrell y Brendan Gleeson, narra la historia de dos amigos, Pádraic y Colm. Es el segundo de ellos quien unilateralmente decide poner fin a su relación, mientras que el abandonado, trata por todos los medios de recuperarla al precio que sea.
Lo bueno
Los espíritus de la isla es una oportunidad maravillosa de acercarse a Irlanda. Al menos, a la Irlanda rural que se vivía hace años en las islas más pequeñas. Es un prácticamente un tratado para entender la idiosincrasia de este país y a su gente, en medio de un paisaje tan hermoso como inhóspito. La realización de la cinta es impecable, con un muy buen desarrollo de personajes que se nos hacen inmediatamente familiares y entrañables. De una manera admirablemente sencilla pone sobre el tapete grandes temas clásicos de la humanidad como la familia, el abandono, la fidelidad, la lucha por alcanzar los sueños y hasta la culpa. Las actuaciones responden a un guión preciso y la simplicidad de la historia, sin aspavientos ni efectos especiales. La austeridad que lo envuelve todo, es prácticamente un personaje más.
Lo malo
Esto no es necesariamente malo, pero en una época en lo que reina en las pantallas son las historias de superhéroes, una película como Los espíritus de la isla fácilmente pasa por debajo de la mesa. Y no porque sea mala, sino por un tema de mercadeo y de gusto de las mayorías. Qué bueno que se hizo y fue reconocida, pero se siente un poco a destiempo del zeitgeist del 2023. A mí, personalmente me recuerda mucho a The Piano, Lo que queda del día o Quién ama a Gilbert Grape, con ese espíritu de los años 90 que podía hacer que se dudara de la trascendencia de la historia ante la cotidianidad que representaba. Debió haber sido un reto enamorar a las audiencias jóvenes para ir a ver esta cinta. Ojalá que en streaming le vaya mejor que en salas.
Lo feo
Yo tuve que ver la película en dos tandas, porque entre que la historia no es particularmente activa y el ritmo es lento, pues a veces puede ser un poco somnífera. Adicionalmente, a veces la simpleza con la que se desarrolla la trama puede resultar un poco infantil, casi en tono de fábula como para explicarnos algo, una gran lección de vida. Hay momentos en los que resulta hasta gracioso ver a personajes adultos comportándose de esta manera, pero definitivamente, es la simplificación máxima para contar la historia hasta con cierta inocencia.