La mayoría de los historiadores gastronómicos coinciden en que el origen de los pancakes es un platillo inventado por los romanos conocido como Alita Dolcia, elaborado a base de leche, harina, huevo, especias y untado con miel, este platillo que se vendía afuera de las plazas romanas, es algo así como el papá de los pancakes que conocemos hoy en día.
En el mundo existen millones de variaciones, por lo que sugerimos que las pidan en todos los lugares a donde vayan. Lo cierto es que, las panquecas son como el curry en la India, cada casa tiene una receta, no a todos les quedan iguales, no a todos les quedan bien, pero algo quie si sabemos, es que donde se preparan buenas panquecas, allí es!
De los secretos mejor guardados de este platillo, está la técnica de los huevos batidos, que en mi humilde y cochina opinión, le da un plus increíble al resultado final. Dicha técnica consiste en, separar las claras de las amarillas, batir las claras a punto de nieve y luego integrarlas de forma envolvente (lentamente para conservar el aire que logramos batiendo los huevos a punto de nieve) a la mezcla que tendremos previamente integrada con los ingredientes básicos como lo son la harina, la leche y el azúcar. Otro secreto no menos importante para que dicha receta sea perfecta, es el uso de mantequilla en vez de aceite o margarina para cocinarlas.
En fin, las panquecas siempre van a tener un lugar especial en nuestros corazones y siempre estaremos ligados a ellas emocionalmente por algún recuerdo de la infancia, por esta razón compartiré con ustedes mi receta especial que sé que la amaran.