Las propuestas animadas son algo que siempre van a llamar mi atención. Desde lo que hacen los grandes estudios hasta las cosas más independientes y artesanales. Cuando además se trata de un producto segmentado fuera del ámbito infantil, me llama mucho más la atención. No tenía referencia alguna de Pequeña diabla, pero cuando la plataforma de Star+ me la ofreció y leí la sinopsis, no me pude resistir y sucumbí a la tentación. La serie aborda la vida de una adolescente de 13 años llamada Chrissy, quien es nada más y nada menos que el Anticristo, pues su padre es el mismísimo Satanás y su madre, una simple humana que fue usada por él para traer a este personaje al mundo. Madre e hija llevan años escondiéndose del demonio, hasta que este finalmente da con ellas y reclama la custodia compartida de su hija, con la intención de ganarse su alma y gobernar el universo desde su total maldad. Esta es la premisa de la serie, una adolescente que se ve en medio de una disputa tras la separación de sus padres, recién llegada a un pueblo donde no tiene amigos y cayendo en cuenta de que es la hija del diablo. ¿Nada mal, no? Pues en la serie todo se plantea con humor.
Lo bueno
Lo bueno
Si son amantes de Rick and Morty, esta serie puede que les guste. El eje acá no es la ciencia, como lo es en esa caricatura, es la religión, lo que lo hace todo más políticamente incorrecto. Bien pudieran ser las dos propuestas parte de un mismo universo. Pequeña diabla tiene a su favor, para empezar, un gran equipo de actores que hacen las voces originales de los personajes. Aubrey Plaza es Laura Feinberg, la madre, Danny DeVito es Satanás y Lucy DeVito es Chrissy Feinberg, la hija adolescente. A ellos se suma un grupo de maravillosos personajes secundarios que incluye a Bennigan Aquino (el mejor amigo de Chirssy), Darlene (la vecina de las Feinberg), el hombre sin afeitar (una especie de Van Helsin que quiere acabar con Chrissy), Erwin (un troll que vive con las Feinberg) y la serpiente con manos, el cantinero del infierno, entre otros. Toda esta fauna plantea un universo extremadamente divertido, ácido y muy incorrecto, donde se mezclan todo tipo de referencias a un ritmo genial. El paralelismo que vive cualquier hijo del divorcio con la hija del demonio es una cosa realmente buena. Todo es lo mismo, solo que bueno, cuando se es el Anticristo, algunas cosas se salen de proporciones.
Lo malo
Pequeña diabla es uno de esos casos en los que se pierde mucho en la traducción por razones varias. Por una parte, hay expresiones y modismos que se hacen difíciles de llevar a otro idioma. Adicionalmente, el trabajo de los actores originales de doblaje es parte de la propuesta, y quedarse sin eso, es perder también. Se entiende que no todo mundo va a poder disfrutar de la serie en inglés, pero vale la pena hacer el esfuerzo y configurar los subtítulos en español antes de verla totalmente doblada al castellano para mantener algo de la intención original.
Lo feo
Si son de la gente que se ofende fácilmente con el humor, es mejor ni siquiera acercarse a esta serie. Pequeña diabla es tan soez y vulgar como puede llegar a serlo, sin miedo a cruzar los límites. Otra cosa que tiene es que es -innecesariamente- escatológica. Esto parece ser parte del humor estadounidense, sin importar la edad del público que lo consuma. Los eructos, las flatulencias y los fluidos corporales, son parte de los chistes recurrentes en la historia. So s de los que no comulga con eso o no es capaz de manejarlo, sepa también que se lo va a encontrar acá. Y es una lástima que los productores y escritores se aferren a este recurso tan básico cuando la serie tiene tantas capas y guiños tan inteligentes, pero insisto, es parte de una idiosincrasia y una visión distinta del humor. En todo caso, persígnense antes de verla y encomiéndense a los santos de su preferencia, por si acaso.