Años dedicados al cine, el teatro y la televisión no pasan inadvertidos para un ojo experto. Es así que esta actriz venezolana llamó la atención de la mexicana Sandra Solares, productora de dilatada experiencia, para que fuera parte de su primera obra como directora de cine. Y aunque pasó un buen tiempo entre el contacto y la concreción del asunto, la era post pandemia trae el estreno en salas mexicanas de Ni tuyo ni mía, el debut cinematográfico de Solares en el cual Prakriti tiene un rol fundamental.
Por Roberto Rodríguez Mijares
-Estrenas Ni tuyo ni mía cuando por fin la situación de la pandemia parece empezar a superarse en el mundo. ¿Cómo ha sido el tiempo de espera para poder ver el resultado final de este trabajo?
-Justo el estreno mundial de la película iba a ser el 23 de marzo de 2020 en el Festival de cine de Guadalajara, y se suspendió muy cerquita de la fecha, te podrás imaginas cómo nos quedamos: vestidos y alborotados.
Para noviembre fue cuando el festival reagendó sus actividades y allí fue nuestro estreno mundial, pero por supuesto, el festival no fue la fiesta del cine que solía ser.
Me da muchísima alegría que por fin se verá la película en cartelera, pero también tengo sentimientos encontrados porque no habrá eventos de premiere y no se ha recuperado la actividad normal en las salas de cine. Sólo espero que el público que asista lo disfrute tanto como nosotros disfrutamos hacerla.
-Ya has comentado que el rodaje de la película fue al poco tiempo que diste a luz. ¿Tuviste temor en algún momento de que la maternidad afectara tu carrera? ¿Qué tuvieras que sacrificar mucho?
-Sí, siempre me preocupó que los cambios del cuerpo en el embarazo, y las responsabilidades de la maternidad limitaran mi carrera, quizás por eso es que esperé tanto para buscar a mis hijos, siempre esperando el momento perfecto. Pero Ni Tuyo, Ni Mía, fue una lección de vida, de que la maternidad no es un obstáculo en la vida profesional si uno tiene la determinación de hacerlo funcionar. Pero para que funcionara, necesité el apoyo de mi esposo, e incluso, el apoyo de la producción de la película, para garantizar que la lactancia no se viera interrumpida, y yo tuviera tiempo para compartir con mis hijos recién nacidos.
-Has tenido experiencia trabajando en Venezuela y otros países, ahora sumas México. ¿Qué diferencias encontraste en la industria mexicana, una con tantos años?
-He tenido la dicha de trabajar con equipos muy profesionales en diferentes países de Latinoamérica. Pero sí es cierto que en este rodaje en México me encontré con un equipo muy experimentado en todo nivel. E incluso, me pareció que los mexicanos en la calle se sorprendían poco de toparse con todo lo voluminoso que es cada set de filmación.
-En Ni tuyo ni mía te dirige, nuevamente, una mujer. ¿Qué crees que aporta una figura femenina al set desde la silla de dirección?
-Fue gracias a que Xan (Sandra Solares, la directora) es mujer y feminista, que se dio el permiso de tener en el set a una mujer recién parida de mellizos en un rol principal, sin privarnos de la lactancia y del compartir diario con mis recién nacidos. Ella lo vio clarito, y por ello la producción la aceptó y lo llevó a cabo.
Gracias a que Xan es la escritora y directora, que el peso discursivo de la película se inclina a la reflexión, al autoconocimiento, al juzgarse a sí mismo y no culpar a los demás, a la búsqueda de la evolución. Por supuesto, con su gran carga de comedia. Pero sin dejar de ofrecerle a la historia una postura que desarma al machismo.
-Ni tuyo ni mía es la ópera prima de Sandra Solares ¿Cómo se vive una experiencia así? ¿Cuesta mantener a la raya a la coach actoral que has sido en otros proyectos?
-Es su ópera prima como directora pero es una muy experta productora, con más de 40 proyectos sobre los hombros. Ahora, sobre tu pregunta: en el proyecto que sea con el director que sea, siempre trato de hacer mis propuestas, sugerencias actorales, a veces incluso propuestas para los diálogos, o los silencios, creo que allí reside mi mayor potencial actoral, lo que ofrezco al desglosar las escenas, al analizarlas y lo que puedo aportar en los ensayos. Pero en el momento del set ya no hay coach que viva en mí, y vengo con lo que traigo pero me dejo moldear por la directora, y es un proceso que disfruto de esa manera.
-Tu personaje se llama Lía. Ella es un espíritu libre y algo indómito ¿Cuál etapa de la vida de Prakriti crees que ayudó a construir mejor al personaje?
-Creo que hay mucho de mí en Lía, y pienso que eso es lo que notó Xan cuando me puso el ojo para el personaje. Por supuesto, Lía es una versión exponencial. Me gusta lo simbólico que es el baile para transmitir esa libertad y específicamente el flamenco para transmitir la pasión. Creo que Lía tiene mucho de mí y sobre todo de la Prakriti actual, porque ahora me permito conectarme mucho más con mi energía más primitiva, y Lía me ayudó mucho a eso.
-Aunque Lía es como es, una artista, tiene los pies en la tierra y entiende muy bien lo que significa pagar las cuentas. ¿Cuánto de Prakriti es así en la vida real?
-¡Que gracioso! Yo cada vez estoy poniendo más los pies. Para mí siempre había sido “el arte lo primordial”, y así había caído en proyectos que me daban estabilidad económica, lo suficiente para a la vez invertir en proyectos más personales. Ahora que emigré junto a mi familia, a una de las ciudades más caras de Estados Unidos, (Los Ángeles), y ahora que tengo niños, tengo el foco mucho más en los proyectos que me garanticen pagar las cuentas.
-Tu personaje no esconde ni su acento ni sus expresiones venezolanas ¿Cómo fue el proceso para darle esa historia personal a Lía?
-Que mi personaje no tuviese acento mexicano fue propuesta de la directora, le gustaba la riqueza sonora que aportaba un nuevo acento en el cuarteto principal, y le sumaba mayor tridimensión al mundo en el que los personajes se desenvuelven. Y estoy de acuerdo con ella. Le aporta.
-Comentaste que te preparaste tanto como pudiste en flamenco para hacer creíble el trabajo de Lía como profesora de este baile. ¿crees que lo retomarás? ¿Te ves metiendo a tus hijos en clase en algún momento?
-Amé la experiencia, tengo los zapatos de flamenco de Lía guardados en mi closet esperando una nueva oportunidad. Sí, creo que es un baile muy completo, hacer flamenco es hacer música también. Y mis hijos, quizás porque bailaron flamenco mientras estuve embarazada y recién nacidos, les encanta la música y les da curiosidad el baile, así que es sólo cuestión de tiempo que entren en clases de flamenco.
-El tema central de Ni tuyo ni mía es la infidelidad. Tras hacer la película ¿cambió en algo tu postura sobre este tema?
-Seguro que sí, he profundizado mucho sobre el tema, y sobre lo que cada quien aporta a su relación de pareja. No sé si cambió mi postura, pero sí me dio más herramientas para vivir en pareja.
-Llevas ya un tiempo viviendo en Los Ángeles ¿Cómo ha sido hasta ahora la experiencia para ti?
-Tenía años coqueando con esta ciudad y he llegado directo a parir, con compromisos laborales en México, España y Venezuela, y luego vino la pandemia. Tengo 3 años acá pero todavía me siento que soy una recién llegada. Pregúntame en uno o dos años más.
-Tuviste la oportunidad de desarrollar una charla TED ¿Te ves dándole más espacio a esta faceta motivacional en tu vida?
-Sí, me encantó la experiencia y los resultados obtenidos, y tengo ganas de seguir explorando esa nueva forma de vivir el escenario. Pero no lo veo a corto plazo. De todos modos, allí está la semilla plantada.
-¿Qué sigue en la agenda de Prakriti?
-Vienen par de películas de cine independiente en las que he participado, filmadas en EEUU pero de directores venezolanos. Pero eso ya mi parte está hecha. Mi agenda estos días está enfocada en desarrollar algunos proyectos como guionista.