Netflix estrenó recientemente en su plataforma el más reciente trabajo del director David Fincher, Mank. Se trata de una cinta biográfica sobre el guionista estadounidense Herman J. Mankiewicz y su participación en el desarrollo del guion de la película Citizen Kane. De entrada, la presencia de Fincher y un elenco de estrellas pareciera prometer un gran resultado, pero no siempre lo que brilla es oro, ni aunque lo haga en blanco y negro. A veces, el empaque termina siendo mejor que el regalo. No es que es hermosa, es hermosísima. No es que está bien hecha, es que es una joya técnica. Es como una persona que se viste exquisitamente bien sin saber a qué fiesta va a ir.
Lo bueno
La fotografía, la fotografía y la fotografía. El trabajo de iluminación, encuadres y foco es absolutamente magistral en Mank. Y no solo porque recree la estética del cine estadounidense de los años 30 y 40, sino porque lo hace con respeto, justificación y tino. Incluso hay matices dentro de esta escala de balncos y negros, cuando los flash backs nos llevan a imágenes más cercanas a la década de los 30 y se llenan de ese resplandor difuso y casi onírico que resplandecía en el celuloide de la época. La edición le sigue los pasos en calidad a la fotografía y logra concatenar las imágenes con un gran ritmo e intención.
La dirección de arte en cada uno de sus departamento es impecable, así como las actuaciones, en las que quizás sea lo mejor que haya hecho Amanda Seyfried en su carrera, y la que quizás lleve a Gary Oldmam directo a las nominaciones del Oscar y Globos de Oro. La música, es justo lo que la cinta necesita.
Lo malo
Acá tengo que decir sin ningún resquemor que, aunque ya haya gente diciendo que es una gran película, el guion tiene serios problemas. Básicamente, se trata de una película biográfica en la que no se habla de la vida del protagonista, sino de un episodio en particular. Esto no es necesariamente malo (allí está The Queen, por ejemplo), pero en Mank se abordan tantas cosas que se pierde el sentido de humanizar al protagonista y darle dimensiones íntimas. A tramas y personajes sin mayor relevancia en la historia se les dedica un valioso tiempo y esfuerzo en pantalla que no aporta nada a la historia. También se abren pinzas que no cierran en lugar de ir un poco más profundo en la vida de Mank.
Lo feo
Mank es absolutamente una película de nicho. No digo que cualquier personas no la pueda disfrutar, pero es, sin duda, una cinta dedicada a los amantes -no solo del cine- sino de Ciudadano Kane en particular. Para mí, cae en la categoría de otros largometrajes como JFK y Lincoln, para los que pareciera que hay que estudiar previamente para poder seguir la historia y disfrutar del material a plenitud. Hay que estar medianamente al tanto de quiénes son figuras como Hearst, Orson Welles y Louis B. Mayer para entender la dimensión del cuento se que está contando.
Sin duda, es un hermoso y necesario tributo a la historia del cine estadounidense, pero quizás peque de verse por demasiado tiempo e intensidad al ombligo. Habrá sencillamente a quien no le gusta o no la entienda, ese riesgo siempre se corre, pero cuando se hacen películas biográficas/históricas, dar un poco de contexto se hace necesario para que la gente no se ahogue en el mar de la ignorancia y se pierdan los esfuerzos hechos.