Las películas de terror españolas siempre me llaman la atención. Hay algo en su abordaje del género que me hace verlas, sean buenas o malas. Recientemente vi en Netflix Fenómenas, una cinta que protagonizan Belén Rueda, Gracia Olayo y Toni Acosta, y que retrata con algo de verdad y algo de ficción la historia y el trabajo que hace el Grupo Hepta . Se trata de un grupo de investigación formado por el sacerdote José María Pilón para ayudar a resolver casos paranormales de manera altruista. Una presencia misteriosa en una tienda de antigüedades ocupa a estas tres mujeres tan distintas y las hace trabajar juntas para ayudar a los afectados y a ellas mismas. Así, la vidente/sensitiva, la documentalista y la curiosa, ponen cada una sus talentos para acercarse a enigmas del más allá.
Lo bueno
Fenómenas es una película entretenida, hay que empezar por allí. Es como si se juntaran muchas referencias como Reportera del crimen, Las cazafantasmas y El conjuro. La idea de que este grupo de señoras tan diversas se dediquen en su tiempo libre a enfrentar espantos resulta, de entrada, una premisa muy particular. Y cuando se toma en cuenta de que se trata de una historia inspirada en hechos reales, pues todo se vuelve más insólito. Cuando la realidad es más extraña que la ficción. Fenómenas está muy bien actuada, con un buen desarrollo de personajes, una impecable ambientación en los años 90 y efectos especiales medidos, pero bien hechos.
Lo malo
Algo de lo que me parece que cojea la cinta es el género al que se supone que pertenece. Y no se trata de tener una visión cuadrada y pretender que solo se puede ser una cosa, no, es que es fundamental que la historia tenga un tono que la guíe. En Fenómenas, se conjuga el terror y la comedia de una manera rara. No termina de ser ninguna de las dos cosas y eso a veces confunde en torno a qué película se está viendo. De hecho, hay personajes -como la dueña de la tienda de antigüedades- que está completamente en un tono de comedia todo el tiempo, a pesar de lo graves que puedan ser las cosas que suceden en la historia.
Lo feo
Hay algo en el guion que no termina de funcionar. Las historias de los físicos, tanto del profesor como del estudiante, resultan un poco accesorias en toda la trama, cuando han podido tener más participación e importancia. Durante toda la película se siente que, si bien va a resolver el misterio en algún momento, es un equipo que va a enfrentar otros casos tarde o temprano. Un poco es como ver el episodio de una serie que no es una serie. Haberse decidido por el formato de largometraje quizás le restó posibilidades de desarrollar más historias, establecer vínculos entre personajes y enriquecer la trama con otros casos de la vida misma.