De entrada, debo confesar que nunca he sido fanático de los dinosaurios. Esos niños que con 5 años ya diferenciaban especies y sabían de anatomía y corrección biológica de las representaciones de los saurios de antaño, me siguen pareciendo tan raros como los animalejos que les fascinan. Aclarado esto, huelga explicar que tampoco he sido muy entusiasta de la saga de películas Jurassic Park y afines. Sin embargo, ya estas cintas son parte de la cultura popular, y como en el entretenimiento todo es válido, o casi todo, me aventuro a escribir estas líneas con la plena certeza de que no hay complacencia alguna y que no hay fan que viva en mí que me domine y me haga escribir cosas por solo fidelidad a la franquicia.
Lo bueno
Si yo, que no soy seguidor de la serie de películas de Jurassic Park, me emocioné cuando vi a las dos generaciones de protagonistas, no sé cómo habrá sido para los amantes de esta marca. Sin duda, una de las mejores cosas que ofrece esta cinta es haber podido reunir al elenco original con el nuevo de una manera que tiene sentido y hasta resulta orgánica en un mundo imaginario en el que ya los dinosaurios viven de manera silvestre y causan muchos problemas. Contar con Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, junto a Chris Pratt, Bryce Dallas Howard y Isabella Sermon, fortalece la historia y permite jugar con el humor y la nostalgia en las dosis necesarias. Como ya es costumbre, la animación de los dinosaurios es excelente, aunque quizás el velocirraptor Blue y su hija Beta algunas veces se vean un poco artificiales. Es una película que emociona, con buenas secuencias de acción y donde los buenos, como siempre ganan.
Lo malo
Personalmente, encontré que lo peor de esta cinta, que se supone que cierra definitivamente este universo, es el guion. La historia es algo floja y se sustenta en unas muy cuestionables motivaciones del villano principal. Igualmente, una aliada de los “buenos” tiene un proceder absoluta y totalmente gratuito, pero sin ello, la historia no avanza. Con un poco más de trabajo de escritura hubieran podido mejorarse muchas cosas en la historia, de manera de hacerla, si no real, al menos verosímil dentro de su propio contexto. El trabajo en general del villano, una mezcla extraña entre Steve Jobs y Julian Assange, con Asperger, parece más una caricatura prestada de otra trama, que no termina de explotar en todo su potencial.
Lo feo
Como ya dije, los dinosaurios y yo no somos los mejores amigos, pero si algo espero de una cinta en la que ellos son la imagen del cartel, es que aparezcan más. Siento que lamentablemente el uso de las criaturas se limitó mucho, quizás por tema de presupuesto, a las escenas de pelea entre los grandes saurios o a las de animalejos más pequeños como las langostas. Para mí, mucho del encanto de estas películas radica en la capacidad que tienen de hacernos proyectar cómo sería interactuar con un dinosaurio (mientras no nos persiga y atente contra nuestra vida) y esa emoción la vivimos al ver a la emoción eterna de los protagonistas al tener un saurio frente a ellos. Más dinosaurios y menos humanos, esa hubiera sido mi apuesta.