La marca venezolana de snacks naturales Natuchips® presenta una imagen renovada, vibrante y moderna, que celebra la riqueza de los ingredientes locales y el trabajo de las manos venezolanas que los transforman. Esta transformación no solo se refleja en su nuevo empaque, sino también en un compromiso aún más profundo con la sostenibilidad y el impacto social en comunidades agrícolas del país.
“Este cambio de imagen representa una evolución en nuestra esencia como marca. Queremos que cada empaque de Natuchips® hable por sí mismo: de lo natural, lo auténtico y lo venezolano. Pero más allá de lo visual, estamos lanzando un nuevo propósito de marca: conectar el origen del producto con las manos que lo hacen posible, honrando el trabajo detrás de cada bocado. Desde el agricultor hasta el consumidor, cada detalle cuenta”, afirmó Liliana Rivera, Gerente Sr. de Mercadeo de PepsiCo Venezuela.
La nueva identidad visual de Natuchips® incorpora ilustraciones inspiradas en el entorno natural venezolano, con un enfoque especial en las manos que participan en todo el proceso de producción, desde la cosecha hasta el empaque. Más que un símbolo de trabajo artesanal, estas manos representan el propósito humano y social que hoy guía a la marca. Natuchips® asume un rol más consciente en su forma de comunicar, donde el empaque se convierte en una ventana a las historias reales de quienes hacen posible cada bocado. Así, el propósito de marca cobra vida al dar visibilidad a esas manos que, con esfuerzo y dedicación, transforman el plátano venezolano en un producto que conecta y genera impacto.
Las manos detrás de Natuchips®: un programa con impacto social
Además del rediseño, Natuchips® refuerza su compromiso con el desarrollo social a través de su programa “Las manos detrás de Natuchips®”, una iniciativa que busca empoderar a hombres y mujeres en zonas agrícolas del país, especialmente en regiones productoras de plátano.
“Creemos firmemente en el poder transformador del trabajo en equipo y en el invaluable aporte de estos hombres y mujeres. El programa ‘Las manos detrás de Natuchips” es una muestra tangible de nuestro compromiso con el desarrollo social y económico de nuestras comunidades”, destacó María Paula Cano, Directora de Asuntos Corporativos para la Región Andina de PepsiCo.
Este programa se lleva a cabo en alianza con el Dividendo Voluntario para la Comunidad (DVC) y la Universidad de Los Andes (ULA), ofreciendo formación técnica para hombres y mujeres que forman parte del proceso productivo. Estas capacitaciones, que suman más de 900 horas de entrenamiento, permiten a los productores fortalecer sus conocimientos y garantizar productos de alta calidad, cuidando al mismo tiempo la tierra.
Más de 60 mujeres se han beneficiado directamente del programa, generando además un efecto multiplicador que ha alcanzado a más de 240 personas de manera indirecta. Esta iniciativa no solo mejora sus condiciones de vida, sino que promueve un modelo de producción más justo, sostenible y centrado en las personas.
“No vemos a nuestros agricultores como meros proveedores. Buscamos fortalecer sus habilidades a través de programas de apoyo y capacitación continua, garantizando así la excelencia que caracteriza a nuestros productos”, añadió Cano.
Sabor natural con propósito
La nueva imagen de Natuchips® refleja una evolución del propósito de la marca, de caras a una propuesta de valor totalmente diferenciada, ofreciendo un snack natural, saludable, lleno de sabor y ahora, con un propósito que nos debe hacer sentir orgullo por lo nuestro, y de todas las manos que hacen que disfrutemos de nuestros platanitos favoritos. Todos los productos de la marca son libres de gluten, sin conservantes, sin grasas trans y elaborados con plátano 100% natural.
Este rediseño reafirma el vínculo entre la marca y el campo venezolano, resaltando el proceso artesanal, el origen del producto y el nuevo propósito que impulsa esta etapa: dar visibilidad y valor a las manos que hacen posible cada empaque de Natuchips®.
Con esta renovación, Natuchips® invita a los venezolanos a disfrutar de un producto que no solo sabe bien, sino que también apoya el desarrollo de comunidades agrícolas, celebra nuestras tradiciones y valora el trabajo humano detrás de cada bocado.