Llegaron las lluvias y con ellas aparecen las molestas diarreas en gran parte de la
población, una patología, que aun cuando benigna, puede tornarse peligrosa en
ciertos grupos.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud
(OMS/OPS), que como es bien conocido, son los órganos rectores de la salud a
nivel mundial y continental, respectivamente, definen la diarrea como tres o más
evacuaciones intestinales líquidas o semilíquidas en 24 horas o de al menos una
con presencia de elementos anormales (moco, sangre o pus). Puede ser aguda si
dura un máximo de dos semanas, sin embargo enfermedades pueden ocasionar
diarreas crìnicas, cuando estas tienen una duración superior a los 15 días.
A nivel mundial, la diarrea constituye la octava causa de muerte en todos los grupos
de edad, la séptima en adultos mayores de 70 años y la quinta causa entre niños
menores de cinco años.
La mayoría de las diarreas son causadas por virus, de los cuales el más frecuente
es el rotavirus, sin embargo también son responsables los norovirus, astrovirus y
adenovirus entéricos, además bacterias que han resurgido en los últimos meses
como lo es la Salmonella.
¿Pero por qué las lluvias se asocian a la aparición de las diarreas?
En primer lugar, la humedad favorece el crecimiento de ciertos microorganismos, ya
sean bacterias o parásitos, muchos que están en formas latentes, se vuelven
activos, o sus huevos eclosionan y se dispersan en la tierra, aguas, plantas y/o
animales.
También con las lluvias aparecen algunos insectos, que se convierten en portadores
de enfermedades, tanto diarreicas, como febriles, respiratorias, dermatológicas, etc.
Entre ellos están principalmente las moscas, zancudos y mosquitos.
A pesar de que su mayor incidencia se presenta en personas de 20 a 40 años, los
niños y las personas adultas mayores pueden sufrir mayor descompensación,
debido a la excesiva pérdida de electrolitos y agua en el cuerpo durante la
enfermedad.
Debemos tener en cuenta que la diarrea se contagia por la vía fecal-oral; es decir
por la ingesta de agua o alimentos contaminados con material fecal o la
contaminación directa de las manos u objetos de uso frecuente.
De manera que es posible prevenir la aparición de la misma, con sencillos pasos de
higiene que todos conocemos:
1. Extremar el lavado de manos antes de comer y después de ir al baño.
2. Evitar consumir alimentos preparados en la calle.
3. Tomar agua potable, y de ser necesario hervirla durante cinco minutos.
4. Mantener las medidas de limpieza en el hogar.
5. Lavar los alimentos antes de ser ingeridos.
6. En niños menores de 1 año, la lactancia materna exclusiva es clave para la
prevención de enfermedades intestinales.
La deshidratación es la complicación más frecuente y la principal causa de las
hospitalizaciones. Para su restitución, la terapia de rehidratación oral (TRO) con
Suero Oral se ha constituido como el método de elección para el tratamiento de los
casos de deshidratación leve y moderada, acompañada de una dieta libre de
grasas, abundantes líquidos en forma de jugos e infusiones . En los niños pequeños
es fundamental mantener la lactancia materna
La mayoría de las diarreas son de origen viral, los antibióticos deben evitarse, pues
pueden ser contraproducentes, al alterar la flora intestinal normal y dejar la mucosa
intestinal desprotegida a merced de los patógenos. Tampoco están indicados los
medicamentos antidiarreicos, ya que la mayoría de estos desórdenes son
autolimitados.
Así que la mejor arma en contra de la diarrea es la prevención para disfrutar de….
El Placer de Ser Saludable