El artista plástico venezolano, Manuel Tirado, o Manu, como se le conoce en varias latitudes, relata su historia de cómo ha logrado posicionarse en el mercado de tatuaje danés.
“A mediados del 2017 me inicie en el mundo del tatuaje, como aprendiz autodidacta; gracias a un gran amigo y compañero de clases de la Escuela de Retratos Pascual Parra, que me insistió en darle la oportunidad al tatuaje como otro medio de expresión artística”. En lo personal, confiesa que nunca le había llamado la atención, ni se vio como tatuador, sino como dibujante y pintor. “Pero fue tanto su insistencia, ya que veía potencial en el mí, que decidí darle la oportunidad”, comenta.
El arte en la piel humana
En un principio el tratar de generar arte en la piel humana como medio de expresión, usando una máquina de tatuar fue bastante frustrante e intimidante, al punto en que desistí de la idea inmediatamente, relata. Pero la por presión de algunos allegados, lo llevó a seguir intentándolo, hasta que se enamoró del proceso.
“Bien sea por su complejidad, lo atípico o incluso lo desafiante de poder generar resultados siquiera un poco decentes, pase de sentir aberración por el tatuaje a querer dominarlo y tratar de tatuar todos los días y a toda hora si es posible”.
Sus inicios en un estudio de tatuaje fueron en Poison Tattoo, en la ciudad de Caracas, Venezuela y aun siendo aprendiz, por razones que sigue sin comprender, en abril del 2018, fue invitado a ser parte de La 1ra Convención Anual del Medio Oriente, desarrollada en Beirut, Líbano. “Sin duda fue una experiencia única, ya que no sólo tuve la oportunidad de competir, sino que me otorgaron el honor de formar parte del jurado calificativo internacional”.
En mi estadía en el país también tuve el honor de realizar un guest spot y trabajar junto al equipo de Message From the Skin, el mejor estudio de tatuajes en el Líbano, destaca. Al poco tiempo y antes de terminar su estadía, ya con planes de regresar a Venezuela, fue invitado a formar parte del prestigioso equipo de trabajo de ArtsInk, uno de los estudios que mayor reconocimiento en Europa, ubicado en Suecia, y este estudio le permitió crecer como artista del tatuaje de manera exponencial.
Rodeado de artistas de talla mundial, logró captar y poner a pruebas técnicas que nunca antes había visto, y en noviembre de ese año fue invitado a ser parte del Tattoo Fest Buenos Aires, una de las más grandes del país. “Durante mi estadía en el país, logré trabajar junto a muy buenos amigos venezolanos que residían en Buenos Aires y fundaron unos de los estudios más reconocidos de Buenos Aires, Caracas Ink”.
Ya para marzo de 2019, vuelve a Europa, esta vez con la oferta de ser parte de la familia de Iron and Ink, uno de los estudios más sólidos y de mejor nombre de Europa, ubicado en la ciudad de Vejle, Dinamarca.
Y como artista residente de dicho estudio, el año pasado participó en dos convenciones en Europa: la Ink Elite, en Suecia, alcanzando el Primer lugar en Realismo y Segundo lugar en la categoría Negro y Gris; y en la Prison Ink, en Dinamarca, obteniendo el Primer lugar en Realismo.